Dentro de la cosmovisión hindú, que permea completamente la práctica de yoga, Masculino y Femenino son la unidad desde la cual se origina todo lo que existe en el Universo. Lo Masculino, Shiva, es la conciencia contemplativa, mientras que lo Femenino es Shakti, la conciencia creadora y poderosa que origina el Universo. A diferencia de la visión occidental que estima a lo femenino como pasivo y receptivo, la visión de lo femenino como poder creativo coloca a las mujeres en una posición distinta, que le permite a las mujeres experimentar y comprender el mundo desde otro lugar, un lugar más empoderado, de mayor confianza y determinación; lo masculino, más que el dominio y poder que expresan la cultura occidental, es la expresión Shiva en tanto conciencia contemplativa que da contenido a Shakti para que ella pueda actuar con sabiduría, justicia y verdad. Expresados a través de los Dioses del Hinduismo en tanto arquetipos, la Shakti puede ser la madre amorosa, la mujer multitasking, la compañera solidaria, la creadora de belleza, en fin, las expresiones de lo femenino que hacen posible que el mundo sea habitable para todos y todas. Shiva está representado por los arquetipos del protector, el devoto, el creador o el héroe, que hacen que el mundo sea un lugar justo y feliz para todos y todas.
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